Kóoch crea al mundo

Kóoch

Kóoch crea al mundo

Mito patagónico

Al principio de los tiempos todo era oscuridad, allí se había instalado el dios Kóoch. Muy pronto conocería el sufrimiento y la soledad, y tanto lloró que se formaron los mares. Al percibir que el agua lo estaba inundando todo suspiró, provocando el viento que diluyó las nubes y agitó el océano. Esto hizo que apareciese la luz. Quiso ver el resultado y chasqueó los dedos con tal fuerza que de la chispa nació el sol, quien formó las nubes y éstas las tormentas. A la vez vieron la luz el trueno y el relámpago.

Kóoch se decidió a terminar su obra. Hizo surgir del agua una isla en la que dispuso a todos los animales. Era una tierra de paz y belleza hasta el nacimiento de los gigantes, los hijos de Oscuridad. Uno de ellos raptó a una nube y sus hermanas comenzaron a buscarla. Enfadadas provocaron una estruendosa tormenta. Cuando Kóoch se enteró, anunció un castigo para el raptor: si la nube estaba preñada el niño llegar a ostentar un poder mayor que el de su padre.

Cuando se enteró el gigante tuvo miedo pues ya había fecun¬dado a la nube así que decidió despedazar a los dos. Un pequeño animal subterráneo salvó al bebé, enviándolo a una tierra más allá del mar, escoltado por cientos de animalitos. Un hermoso pájaro elevó al niño y lo dirigió hacia el oeste, hacia la tierra salvadora de la Patagonia.

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