Milagro de Navidad
En agosto de 1914 comenzó una de las más furiosas guerras mundiales. Por ambas partes se combatía sin piedad y la muerte y la destrucción asolaban el mundo. Los enemigos se disputaban el terreno palmo a palmo, en medio de escenas indescriptibles donde el sacrificio y el heroísmo se daban la mano con la muerte.
La tierra de nadie, ese espacio que separaba las trincheras, sólo era cruzada por la metralla. Y cuando ésta había hablado lo suficiente los hombres irrumpían para completar el cuadro de navidad destrucción. La orden era avanzar, morir en la demanda…
Así era como británicos y alemanes separados por esa estrecha franja de la tierra de nadie se tiroteaban noche y día hasta que una carga a la bayoneta les permitía desalojar al enemigo. Hoy eran unos los que conquistaban ese pedacito de tierra, mañana eran los otros. La fatigante acción de guerra se repetía monótona, incesantemente.
Diciembre encontró a los beligerantes luchando siempre por lo mismo. La nieve cubría los campos con su manto helado poniendo en los corazones de tantos valientes recuerdos imborrables de otros días felices. La familia… los padres… los hijos, ¿qué harían en la próxima Navidad? Ellos ya estaban recibiendo paquetes que muchos no abrían esperando el santo día…
El 25 de diciembre de 1914 amaneció en medio de un silencio impresionante. La niebla reinante no alcanzaba a ocultar los movimientos de los hombres en los refugios. De pronto desde las trincheras de los alemanes se vieron surgir algunas sombras que avanzaban cautelosamente.
Los británicos se mantuvieron atentos, pero no dispararon sus armas. Algo raro cruzaba la tierra de nadie. Algo inexplicable, pero que todos presentían. Momentos después también de este lado surgieron figuras silenciosas que iban en busca de las que venían; unos instantes más y esas sombras se confundían, silenciosamente, en estrecho abrazo. Ya nadie pudo aguantar más. Salieron todos y, como tocados por un mismo sentimiento, los hombres de ambos bandos, sin poder entenderse, ya que hablaban distintos idiomas, unieron sus corazones en el lenguaje universal del amor fraterno al conjuro de uno de los misterios mas insondables: la Natividad del Niño Jesús.
Fue un verdadero milagro de esa Navidad. Allí sí se abrieron los paquetes tanto tiempo guardados y alemanes y británicos se intercambiaron regalos…
N.E.: Esta no es una leyenda. mito o cuento. Efectivamente fue algo que sucedió, aunqye cabe dentro de lo que puede ser ya una leyenda, dado lo increíble que es.
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