Bato
Era un pastor que trabajaba en los bosques del rey Neleo. Cuando Hermes, siendo joven, robó el rebaño a Apolo, Bato fue el único testigo de tal suceso. Debido a ello, Hermes, temeroso de que le denunciase le ofreció un ternero a cambio de su silencio, y Bato aceptó gustoso el trato.
Sin embargo, Hermes, que era sumamente cuidadoso y muy prudente, sospechó que el pastor no le sería muy fiel, así que adoptó otra forma humana y se acercó a Bato ofreciéndole un buey y un vestido completo a cambio de que le indicase lo sucedido y el lugar exacto donde Hermes había escondido los rebaños.
Bato no tardó en contarlo todo. Hermes, sumamente indignado por lo ocurrido, lo convirtió en piedra de toque, indiscreta como Bato y que no sabe ocultar nada porque pone de manifiesto la naturaleza de los metales al frotarlos con su superficie.
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